El “efecto zoom” impulsa los tratamientos faciales de medicina estética.

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La demanda de este tipo de tratamientos empezó a crecer con la pandemia y se ha duplicado en los centros de medicina estética en el último año.

El “efecto zoom” está impulsando los tratamientos faciales de medicina estética en España, hasta el punto de haber llegado a duplicar su demanda en el último año, según datos de los Centros de Medicina Estética Benestar.

El “efecto zoom”, según explica Lola Tous de la Prada, especialista en medicina estética de Benestar, “se basa en la dismorfia, es decir, en la percepción distorsionada de nuestra imagen con defectos, como resultado de las populares videollamadas. Al grabarnos, participar en una reunión online o tomarnos una foto no encontramos un ángulo que nos favorezca y vemos aumentadas nuestras imperfecciones”.

Para solucionar estas imperfecciones, muchos españoles han optado por someterse a tratamientos faciales, aprovechando disponer de más tiempo libre gracias al teletrabajo y a la reducción de las actividades sociales y los desplazamientos. “Esta tendencia empezó el año pasado y se ha mantenido, pese a que hemos vuelto a una relativa normalidad, pues todavía hay muchas personas que siguen teletrabajando y utilizando las videollamadas de forma continua”, añade la experta.

El crecimiento de los tratamientos de estética se ha acelerado desde 2020

El aumento de los tratamientos de estética durante el último año no es nuevo pues un informe de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) de 2020 ya revelaba que, desde el año 2016, ha aumentado un 5,4% el número de estos tratamientos en nuestro país, alcanzando hasta un 36% de la población.

Además, también según la SEME, cuatro de cada diez españoles se han sometido a algún tratamiento de medicina estética a partir de los 26 años, siendo cinco de cada diez mujeres y dos de cada diez hombres.

Los tratamientos faciales más demandados

La mesoterapia con vitaminas y ácido hialurónico, la toxina botulínica, los peeling químicos y los hilos tensores se han convertido en los tratamientos faciales específicos más demandados, según otros datos de los centros de Medicina Estética Benestar.

La mesoterapia con vitaminas está indicada para lograr una piel más luminosa, hidratada y joven mientras que los peeling químicos pueden ser utilizados para abordar el acné, que ha aumentado con el uso de las mascarillas, así como para rejuvenecer y quitar otras imperfecciones, como manchas, cicatrices y arrugas de expresión.

Una variedad de mesoterapia en alza es la mesoterapia virtual con ácido hialurónico, que está dirigida a hidratar de forma profunda la piel, proporcionar luminosidad y ayudar a la regeneración cutánea.

En cuanto a los hilos tensores, se trata de materiales biocompatibles que no producen ningún tipo de alergias ni rechazos y se usan para redensificar el tejido, dar esponjosidad a la piel, activar el riego sanguíneo y tensar el rostro. Son aplicados tanto en pómulos y cejas como alrededor de la nariz, papada y cuello, entre otras zonas.

“En los últimos tiempos se ha producido una gran evolución en los hilos tensores, mejorando sus ya de por sí excelentes resultados en una mayor tensión y la prolongación de su efecto”, finaliza De la Prada.