Siempre un "Hasta Pronto", nunca un "Adiós"

 Vivimos "malos tiempos para la lírica", tiempos de enormes y convulsos cambios socio-económicos en los que la virtud de la gran mayoría de autónomos o empresarios está en la simple supervivencia.

Que atrás quedaron tiempos de bonanza en los que hasta el más pintado disfrutaba del placer de tener para darse caprichos por que sí.

Tras una gran crisis expropiadora de tales caprichos, sueños y deseos de una vida mejor, nos llega la puntilla en forma de pandemia mundial.

Ya no sólo se lucha contra esta gestión burocrática inasumible e infumable que nos estruja día a día, y a la que llevo observando largo tiempo sin entender como yo, un simple ciudadano, tengo claro que para que un país crezca y genere empleo, y por tanto mejora social general, hay que "mimar" al tejido empresarial y no "putearlo" un día si y otro también, y ellos no lo ven.

De verdad es tan dificil de entender que si se va atornillando hasta el extremo al que genera empleo este terminará por cerrar?

Quién pagará a parados, jubilados, funcionarios y un largo etcétera cuando no haya tejido empresarial?

Hoy, como cada vez que vengo a Fuengirola, la que considero y es mi segunda casa, he ido a almozar al bar de siempre, ese que siempre visitamos ya que estamos a gusto en el porque te sientes como en casa. En mi caso, el bar "El Puerto".

Entro y como es costumbre me recibe David, que actualmente regenta el establecimiento, creo, ya que con anterioridad lo hicieron sus padres.

A la vez viene a saludarme el que hasta cierto tiempo pasado creía, por trato y sentir, era hermano de David y resultó ser empleado, Jose.

Ya con este rápido esbozo puede uno imaginarse el ambiente de cariño y simpatía que se respira en dicho lugar. Y eso que ni he comentado la también simpatía del patriarca o la espectacularidad de su cocina entre la cual tengo sin lugar a dudas que destacar como forofo acérrimo de los calamares a la plancha, creo recordar receta de la matriarca, una cocinera que ya quisieran grandes establecimientos y que ha sido base fundamental de este modesto negocio.

Total, que siempre que voy, y ya son bastantes años, recibo el trato que todo cliente quisiera para si.

Saludo, me siento, y como también es habitual con clientes fijos o no, y con ese cercano y cariñoso trato que les caracteriza, vamos conversando entre plato y plato.

Cual es mi sorpresa cuando el tema del día es el próximo cierre del establecimiendo, al menos durante unos meses, a partir del próximo lunes 12 de octubre.

Puedo constatar, que a parte de hechos ya referidos como la exquisita amabilidad o cocina, el lugar es el más visitado de cuantos hay en el puerto, seguramente por eso mismo.

Y yo me pregunto , qué clase de país es este en el que dejamos que negocios así, por cierto, con la friolera de 30 años de actividad, tengan que cerrar hasta más ver?

Verguenza infinita, tristeza e incluso miedo da el comprobar, el constatar, que negocios de este calado tengan que cerrar persianas aunque sea con temporalidad.

Una sociedad que no mantiene, apoya y dignifica lo creado con esfuerzo, sudor e infinito cariño no es digna de ser llamada como tal.

Ejemplos como el de David y Jose nos encontramos desgraciadamente a patadas por toda la geografía nacional, personas cuyo esfuerzo y labor son encomiables y dignas de alabanza se ven sin embargo en esta situación.

Vaya todo mi cariño de vuelta y sobre todo mi respeto, esperando, más bien deseando, volver a pasar pronto mis almuerzos y cenas en vuestra profesional y tan familiar compañia.

Siempre un "Hasta Pronto", nunca un "Adiós" amigos míos.

Francisco Arroyo Ceballos