Los alimentos y sus propiedades han despertado interés a lo largo de la historia, pero este conocimiento no siempre ha estado de la mano de verdad.
Esta falta de veracidad ha llevado a la creación de historietas o falsos mitos sobre los alimentos en la actualidad y, como consecuencia, cambios inútiles de alimentación en las personas dejándose llevar por estos errores y creencias sin ningún aval científico.
Entre las historietas más comunes tenemos “La fruta engorda después de las comidas”, “Me engorda hasta el agua”, “el pan engorda”, “No comas huevo todos los días te sube tu colesterol”, y así un sinfín de historietas llamadas Mitos.
Hay muchas creencias sobre los alimentos que se han trasmitido durante generaciones por el llamado boca a boca y que están muy arraigados en nuestra cultura y en nuestra sociedad, pero que no solo carecen de aval científico, sino que han sido desmentidos una y otra vez por estudios. Es lo que yo llamo “Historietas de alimentos” o falsos mitos.
Creo que debemos hablar de esas historietas o mitos que han causado cambios en nuestra alimentación mediterránea y, como consecuencia, el sacrificio ignorante de poder disfrutar de nuestra alimentación más y mejor. Comencemos con los más populares.
“La fruta engorda después de las comidas”. La fruta tiene las mismas calorías antes o después de las comidas, o en la mañana o en la noche, lo que si es verdad que se suele aconsejar a media mañana y a media tarde como forma de picoteo saludable y evitar otros alimentos más azucarados o grasos. Los nutrientes de la fruta se absorben de la misma manera, no importa en el momento que la consumas. Pero hay que tener en cuenta tener una alimentación equilibrada en función a la actividad que desempeñes en tu día a día, para que haya una compensación del gasto calórico diario, el llamado GED.
Seguimos: “Me engorda hasta el agua”, pues bien, el agua es acalórica, no nos aporta ninguna caloría a nuestro organismo. Es más, se estima que el 65% de nuestra masa corporal es agua (dependiendo de la etapa de nuestra vida y de otros factores). Por el contrario, lo que si nos aporta son minerales beneficiosos para nuestro balance electrolítico.
Y bueno, que tenemos que decir de uno de los mitos más populares: “El pan engorda”. Cuántas veces hemos escuchado esta frase. Hay que decir que el pan nos ha acompañado desde la prehistoria, el trigo es su principal componente y luego, en cada etapa histórica, se le ha ido añadiendo más ingredientes, llegando a ser utilizado de forma simbólica en las sociedades hasta la actualidad. De hecho, ha sido un alimento que ha sufrido una bajada en su consumo precisamente por este falso mito. El pan es rico en vitaminas, fibra y minerales, con un aporte de hidratos de carbono de fácil asimilación por nuestro organismo, apenas contiene grasa, pero hay que hacer un uso adecuado con el acompañamiento, evitando salsas, embutidos grasos, paté, chocolate azucarados, entre otras cosas.
Y como broche final del artículo y esto si que considero como un mito no muy antiguo, “Si comes huevo todos los días te sube el colesterol”. Tienes que saber que el nivel de colesterol en sangre no influye un solo alimento, sino nuestra alimentación global, teniendo en cuenta también factores genéticos, en cambio estamos desaprovechando las propiedades tan magnificas del huevo, con contenido en proteínas de alto valor biológico (contiene los aminoácidos esenciales que nuestro organismo no puede fabricar y deben de consumirse en la alimentación), además es fuente de vitaminas y de minerales, pudiendo comer entre 3 o 4 raciones a la semana, y cada ración puede ser 2 huevos.
Pues, en definitiva, las historietas que contamos a otros no tienen validez científica y lo único que puede hacer que desaprovechemos en nuestra dieta mediterránea el consumo variado y responsable de todos los grupos dé alimentos.
Los alimentos ni sienten, ni padecen, ni engordan. Que no nos cuenten historietas, que la cantidad, la calidad, es importante y ya nuestros antepasados nos enseñaron la importancia de alimentarse, nutrirse y movernos que nos da vida. Por supuesto que hay que dejar de lado los alimentos procesados, bollería industrial y alientos ricos en grasas saturadas, pero no dejarnos guiar por mitos o historietas, ni por la publicidad.
Os animo a que pongáis en vuestra vida una alimentación inteligente, y no nos dejemos llevar por historietas o falsos mitos que nos causan frustración, y al final lleguemos a la conclusión de que la vida está llena de manjares que disfrutar.
Y ante la duda siempre consultar con un profesional de la nutrición.
Rafaela Torres
Nutricionista