Según informa jw.org "Rusia recrudece su hostilidad contra los testigos de Jehová"

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Un tribunal de apelaciones de Rusia acaba de confirmar la condena de cárcel para Dennis Christensen, ciudadano danés testigo de Jehová afincado en Rusia.

El 23 de mayo de 2019, un grupo de tres jueces del Tribunal Regional de Oriol rechazó la apelación de Dennis Christensen y confirmó la condena de seis años de cárcel que había recibido anteriormente. Unos ochenta testigos de Jehová asistieron a las audiencias. También estuvieron presentes funcionarios de los gobiernos de Australia y Dinamarca. La sentencia ya está siendo informada por las agencias internacionales de comunicación.

Durante los más de tres meses transcurridos desde que Dennis Christensen recibió la condena original en febrero de 2019, cuerpos del orden rusos han practicado 115 redadas contra testigos de Jehová, en su mayor parte invadiendo sus hogares, e iniciado el triple de casos penales. ¿La acusación? Pertenencia a una organización religiosa implicada en actividades extremistas y peligrosas.

Sin embargo, llama la atención que en junio de 2017 funcionarios de la ciudad rusa de Oriol otorgaron un reconocimiento especial a la congregación local de los testigos de Jehová por su colaboración con la limpieza de las calles de la ciudad y la ribera del río Orlik que atraviesa la ciudad. Los funcionarios les hicieron un pequeño obsequio, con una nota escrita a mano que decía: “En agradecimiento por su buena labor a favor de la comunidad y el medioambiente”. Una conducta colaborativa nada extremista ni mucho menos peligrosa.

Cabe recordar que en nuestro país los jóvenes Testigos de las décadas 50 a 70, fijaron un hito para la historia. Como dijo Albert Balcells, Catedrático de Historia Contemporánea: «La objeción de conciencia, iniciada heroicamente por los Testigos de Jehová desde finales de los años 50, fue un delito castigado con la cárcel hasta 1984, cuando se legalizó y se estableció la prestación social sustitutoria»[i]. Desde luego, una conducta y un compromiso con el derecho a la libertad de conciencia nada extremista ni mucho menos peligrosa.

Creemos que Dennis Christensen debe ser liberado de inmediato, permitiéndole seguir llevando a cabo su labor cristiana de forma pacífica en compañía de quienes comparten su fe.